La metodología inicia con la teoría general de sistemas, mediante el análisis y el diagnóstico del cantón Babahoyo, donde la principal problemática es la segregación social motivada por el Río Babahoyo. El equipamiento de salud se encuentra en la zona 1 del área de estudio (la más precaria actualmente), posicionado estratégicamente en el sector para garantizar la movilidad con relación al contexto. La resultante urbana es contribuir a optimizar la infraestructura física del sector, generando entropía en la red de salud al crear una variedad de eventos formales e informales dentro del proyecto, utilizando sinergia y equifinalidad para concebir micro espacios programáticos controlados por el sistema. El proyecto por su misma composición hace un énfasis en la relación del espacio público, las limitantes interiores se deben a la función y al juego de relaciones con escala humana creando un programa con nueve zonas; se es consciente de las nuevas necesidades, el pensamiento prospectivo en la salud preventiva tanto pasiva como activa que refleja en el espacio y la habitabilidad. El enfoque busca el descubrimiento de la diversidad y el permanente contacto entre los usuarios. Para declarar la espacialización se crea aleatoriedad espacial, rompiendo con la convencionalidad morfológica de un equipamiento de salud, añadiendo espacios lúdicos y educativos. El proceso de diseño ligado a lo topológico por modularidad, con ideas integrales de mediar y delimitar flujos, mediante tres escalas, creando comunicaciones que al tener múltiples espacios que se relacione lo mayor posible con el exterior por medio de las visuales. La categorización de los espacios como resultantes de la combinatoria crea escenarios que rompen la circulación lineal y manifiesta interacciones que al deconstruirlos crea una atmósfera única, guarda relación con el contexto y sus componentes a través comportarse como un organismo viviente dentro de la ciudad