La presente propuesta se desarrolló con una visión a futuro de cómo debería funcionar una ciudad, en este caso se ha intervenido en un fragmento de la ciudad de Quito, el sector Iñaquito, basándose en teorías del libro URBAN DESING THINKING del Arquitecto Kim Dovey, en el cual expone por capítulos varias temáticas a considerar dentro de una ciudad para un buen manejo y funcionamiento de esta. La pandemia por COVID19 ha dejado muchos temas a replantear sobre la arquitectura y el urbanismo en sí, por ejemplo, entender cómo se deben realizar las nuevas intervenciones en la ciudad y que factores son necesarios, tanto dentro de una vivienda como fuera de ella, actualmente uno de los principales factores a tomar en cuenta en la ciudad: el distanciamiento social. Por lo tanto, el desarrollo del espacio público, la movilidad urbana, los lugares de reunión y aglomeración social, han sido temas de discusión principal, que han dejado varias preguntas, ¿ cómo se debe movilizar en la ciudad?, en transporte público?, ¿caminando? y ¿ cómo no aglomerar gente en un mismo lugar? Estas son las preguntas que se trata de resolver en la siguiente propuesta. Es así, que estas cuestiones llevaron a generar un distanciamiento social, a través de equipar los distintos barrios residenciales del sector con una variedad de locales de abastecimiento tanto comida, salud y ocio, e incorporando grandes áreas verdes. Específicamente en el lugar de intervención se generaron tres ejes verdes a través de la fragmentación de las manzanas, en los cuales se desarrollarán dichas actividades antes mencionadas, aportando vitalidad al sector, desplazamientos cortos y otorgando espacios amplios abiertos como solución para evitar aglomeraciones en un mismo sitio. Del mismo modo se mantiene la red de conexión existente a través de ciclovías y de forma peatonal, incorporando nuevas rutas y generando aceras más amplias arborizadas, dando como resultado un sector más caminable, dinámico y seguro, manteniendo su carácter residencial.