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LA PROPUESTA DE LA FACULTAD DE ARQUITECTURA E INGENIERÍA CIVIL DE LA UISEK 2021

Néstor Llorca Vega

 

La arquitectura se ha justificado muchas veces por la detección de una necesidad, tangible o intangible, natural o artificial, verdadera o ficticia y la respuesta que se da desde un espacio construido. Este hecho le da a la arquitectura un valor complejo, que en la medida en la que sea resuelto coherentemente, es exitoso.

En la Facultad de Arquitectura e Ingenierías de la UISEK existe un permanente debate sobre el papel de los arquitectos, en la que, más que coincidencias sobre las respuestas acordamos el reconocimiento del diagnóstico: Un arquitecto tiene un deber como ciudadano que tiene que beneficiar a su contexto y a su población. Este análisis nos obliga a buscar nuevas formas de enseñar, introduciendo la conciencia global, la inmersión pertinente en la tecnología y la coherencia entre el pensamiento y la ejecución. Para esto hemos configurado la carrera desde ejes: a) Proyecto arquitectónico, b) comunicación gráfica, c) técnico constructivo, d) bagaje y pensamiento y, e) transversales; entendiendo que todos estos ejes están relacionados desde sus contenidos, formas de aprendizaje e importancia, enfatizando la metodología de aprendizaje por proyectos. Esto convierte a un arquitecto en un personaje con una alta responsabilidad sobre la transformación positiva del espacio y a los profesores en sujetos comprometidos con la enseñanza, la ética y la búsqueda de argumentos para heredar este mensaje en la nueva generación de profesionales. 

Así como reflexionamos sobre el arquitecto, también lo hemos hecho sobre la ciudad en la que nos situamos: Quito, una ciudad particular, no sólo por su físico andino, ecuatorial o su altitud a 2850 metros, sino por una ambigüedad sutil entre desarrollo y austeridad, un laboratorio vivo que mezcla un ambiente conservador casi puritano y el apetito por la novedad, una población sigilosamente estratificada pero considerablemente homogénea, y, una sociedad que en esta situación abraza las características que comparten las ciudades latinoamericanas de sierra: el paisaje, el clima, el bagaje histórico cultural desde lo indígena, colonial, independentista y políticamente cíclico.  

Con este juicio proponemos entonces a un/a arquitecto/a capaz de llevar a cabo un proceso mental de lo abstracto a lo material, con competencias blandas, técnicas e interdisciplinarias. Respaldados desde una hipótesis universal y tal vez obvia: La arquitectura se transforma por el tiempo, el espacio y las influencias en las que se desarrolla. Es una analogía arquitectónica de la famosa frase "Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo". El tiempo manifiesta que la arquitectura es producto de circunstancias y es una circunstancia en sí misma. Puede ser objeto o entorno y, en el dinamismo de esta doble condición, como un mecanismo para sobrevivir como profesión, ha cambiado su rol, imagen, forma y protagonismo.

Por mucho tiempo la frase “la forma sigue a la función” acuñada por Louis Sullivan en su artículo “The tall building artistically considered” en 1896, presentó de una forma sintética una norma que definió las cualidades de un arquitecto, aglutinando: capacidad técnica, relación entre uso y forma, sistemas de identidad y elementos compositivos. En 2015, Ole Scheeren atribuye a Bernard Tschumi un cambio de la frase de Sullivan, sutil en letras, pero explosivo en significado: “la forma sigue a la ficción”.  Proponiendo nuevas facultades de un arquitecto, volviéndose capaz de generar una experiencia en los habitantes a través del espacio. En esta nueva relación entre ser humano y espacio, existe una capacidad narrativa que le corresponde a un arquitecto. 

Desde este nuevo acercamiento, las competencias técnicas se entienden como obvias y la fidelidad entre forma y función se desvanece, dando nuevas definiciones de palabras como tipología, programa, estructura. A una nueva circunstancia de la arquitectura le sigue un lenguaje renovado, dúctil e híbrido. Esta transición de un arquitecto de lo constructivo a lo narrativo cambia las herramientas de proyecto a contexto, adaptabilidad, sincronía y eficiencia, cambiando el producto de un “objeto arquitectónico” a un elemento parte de un sistema de relaciones complejas tanto físicas como intangibles.

El desarrollo de la arquitectura y de la construcción exige cada vez más que los profesionales respondan a las necesidades de la sociedad con una visión colectiva e interdisciplinaria. Las aproximaciones teóricas y prácticas en el campo de la formación profesional de la carrera de arquitectura de la UISEK, toman a nuestro país como escenario en el marco de un sistema globalizado del que no es posible abstraerse. Proponemos a un arquitecto que entienda y ame su entorno inmediato, pero que abrace un pensamiento cosmopolita en el que pueda desenvolverse en cualquier parte del mundo, por esto estamos en la constante creación de redes con otros lugares, otras profesiones y otras formas de pensamiento. Por esto no buscamos la ortodoxia, pero si la empatía con otras formas de pensar, inclusive de las ortodoxas.

Para entender el papel de un arquitecto en la sociedad, entendido desde esta lectura sistémica, buscamos marcar con claridad las actuaciones y habilidades que le colectividad espera de un arquitecto, no desde una óptica moralista sino desde la responsabilidad que implica su formación, en una especie de acto reflejo, del profesional a la sociedad y de la sociedad al profesional. Para esto La UISEK, tiene una clara propuesta metodológica de enseñanza, que promueve la sana interrelación entre alumnos y profesores a través del modelo pedagógico constructivista, en la que el estudiante es el generador de su conocimiento y su discurso.

En las próximas páginas encontrarán ejemplos de estas posturas, no como un discurso único sino como respuestas divergentes, creativas y rigurosas de una preocupación común sobre nuestro papel en las ciudades del futuro. Son muestras de distintas escalas, aplicaciones, alcances tecnológicos y discursos. También son evidencias de este enfoque diverso que se manifiestan en proyectos, tesis, concursos, visiones de nuestros alumnos, profesores, visitantes y amigos de la facultad.

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