MATEO TORRES
El proyecto arquitectónico, implantado en el barrio de San Francisco de Miravalle, Quito, toma como indicio la ex escuela fiscal Quitumbe que por razones políticas dejó de funcionar en el año 2014. La parcela, originalmente donada por los habitantes del lugar, tuvo varias etapas de construcción que involucraron el trabajo comunitario. Dicha escuela adquirió, en el recorrido del tiempo, un valor “patrimonial” que yace en la interacción entre habitantes y los diferentes hechos históricos que caracterizaron la formación de la misma y que refleja el esfuerzo de construir un bien de carácter social, símbolo tangible de la identidad de un “locus”.
El proyecto a continuación busca reinterpretar este valor comunal por medio de la ocupación de los elementos preexistentes a través de un nuevo diseño arquitectónico que crea un vínculo con los mismos. El concepto de valor simbólico está, en dicho caso, sujeto al planteamiento teórico de las “arquitecturas menores” (Rivera, 1997) como muestra de identidad de una población. Los objetos arquitectónicos preexistentes serán por lo tanto levantados a través de un análisis tipológico que permite la abstracción de sus características formales, con la finalidad de implementar una nueva arquitectura que respete el lenguaje compositivo existente.
El proyecto, por lo tanto, desarrolla un conjunto arquitectónico con la función de escuela primaria, que se basa en la ocupación de las preexistencias, con el fin de integrarlas en un nuevo y único sistema, desde el punto de vista formal y funcional.